La revolución necesaria según Peter Senge

 

Peter Senge, profesor del Massachusetts Institute of Technology (MIT), y presidente y fundador de la Society of Organizational Learning (SoL), es una autoridad mundial en aprendizaje organizacional y sustentabilidad. Peter Senge, quien ya visitó República Dominicana invitado por INTRAS, ofreció recientemente una entrevista a nuestro aliado Seminarium, y aquí la reproducimos para los lectores de GESTIÓN. En esta entrevista Peter Senge nos habla acerca de La Revolución Necesaria y de cómo individuos y organizaciones trabajan por un mundo sostenible.

La Revolución Necesaria trata de un mundo nuevo que ha comenzado a emerger. Una Revolución que hará que todo cambie, que posicionará nuestra organización como líder de la industria del management e instaurará la innovación en nuestra cultura organizacional.

¿Por qué escogió la palabra Revolución, qué significado tiene? La palabra revolución tiene varios significados. Generalmente utilizamos la palabra para representar revoluciones políticas. Después están las revoluciones tecnológicas, económicas o culturales como la Revolución Industrial, que de muchas formas hizo que cambiaran cosas de nuestra sociedad. Pero aunque la Revolución Industrial llevó a la sociedad hacia adelante en muchos ámbitos, también nos llevó por un camino que es fundamentalmente contradictorio a la naturaleza: no fue sustentable.

La revolución que ahora se desenvuelve cambiará, en un nivel muy fundamental, la manera como pensamos, des- de la tecnología que utilizamos a la manera en que organizamos nuestra economía, hasta llegar a vivir una vida en gran armonía con la naturaleza y las personas que nos rodea.

¿Qué hace de esta una revolución necesaria, por qué la urgencia? El interés hoy en la sustentabilidad y lo sustentable alrededor del mundo refleja un despertar que está ocurriendo de muchas formas. Una profunda ansiedad e intranquilidad se está volviendo omnipresente. La gente sabe que nuestra sociedad, instituciones, y negocios van por el camino equivocado de manera muy significativa. El aumento de nuestros patrones de consumo y producción de tomar-hacer-desechar solo hará que este desequilibrio sea más agudo. En otras palabras, mientras más demoremos en comenzar a hacer los cambios que se necesitan, más disruptivos, abruptos, dolorosos, y potencialmente catastróficos serán esos cambios.

¿Cómo puede uno comenzar estos cambios hacia la sustentabilidad? Yo me imagino este cambio a través de tres ideas centrales que creo esenciales para formar un futuro más sustentable:

• El camino hacia adelante tiene que tomar en cuenta las necesidades de futuras generaciones. El término sustentabilidad requiere inherentemente que consideremos a los hijos, familias, comunidades, y negocios del futuro –y no sólo las necesidades de quienes habitan en el presente.

• Las instituciones importan. El mundo no solo está moldeado por acciones de individuos; también lo está por redes de negocio e instituciones gubernamentales y ONGs que influyen en los productos que hacemos, la comida que comemos, la energía que usamos, y nuestras respuestas a problemas que surgen de estos sistemas. Por lo tanto, los cambios que se necesitarán en el futuro requieren de giros fundamentales en la manera en que las instituciones funcionan, individual y colectivamente.

• Todo cambio real se basa en nuevas formas de pensar y percibir. Las instituciones sí importan, pero la manera en que operan es un resultado directo de cómo operamos nosotros, cómo piensan e interactúan las personas.

¿Por qué debieran las empresas involucrarse en esta llamada Revolución Necesaria? Los negocios son la institución más poderosa en la sociedad moderna y es ingenuo pensar que no tendrán un rol clave en nuestra habilidad para crear una economía regenerativa. Estos cambios requerirán de nuevos enfoques y actitudes para hacer negocios. Y requerirá de líderes para hacer esos nuevos caminos que nos ayudarán a ir en esa dirección.

Las industrias alrededor del mundo van a ser más responsables de lograr una variedad de diferentes normas regenerativas, de crear oportunidades para pequeños negocios también.

¿Nos podría dar ejemplos de por qué y cómo esta Revolución es la respuesta? La mayoría de las empresas no ven con buenos ojos el camino hacia la sustentabilidad. Pero de lo que no se dan cuenta es de que si no cambian se irán quedando atrás. Es importante que toda empresa al menos esté al tanto de los beneficios que pueden acarrear estos cambios.

Lo primero que deben saber es que la sustentabilidad es un punto de diferenciación. Además de ser capaz de moldear el futuro de su industria, convertirse en un proveedor preferido o proporcionar a sus clientes una ventaja competitiva y así sucesivamente, las empresas deben darse cuenta que la sustentabilidad es el nuevo impulso para su negocio.

• Se puede ahorrar dinero. Las empresas de cualquier sector han ahorrado una cantidad enorme de dinero, simplemente reduciendo el uso de energía y sus desechos. Por ejemplo, adoptando tecnología para pintar automóviles que aplicaba tres manos de pintura simultáneamente, Ford redujo sus emisiones de CO2 de este tipo de operaciones en un 15 por ciento y el compuesto de emisiones orgánicos volátiles en un 10 por ciento, mientras reducía el tiempo empleado para pintar en un 20 por ciento, lo que significó un ahorro significativo en costos.

• Puede generar dinero. Cada año, General Mills produce toneladas de residuos de avena como un subproducto de sus procesos de fabricación de cereales. Antes de que los líderes de la empresa se dieran cuenta que los desechos se podían quemar como combustible, General Mills pagaba para que se llevaran los residuos. Sin embargo, hoy venden los residuos de la avena, ganando más de lo que costaba tener que deshacerse de ellos.

• Puede cambiar su imagen y su marca. Haciendo serias inversiones en iniciativas sustentables, las empresas de cualquier tamaño y en cualquier industria están rehaciendo su reputación y marcas. Esto incluye a empresas establecidas con legados sociales y ambientales bastante bajos.

Sobre el autor

Peter Senge