Cuatro lecciones en un chapuzón
Por: Ney DíazEra 1981 y aún no había cumplido once años. Estaba pasando dos semanas en la casa de mis abuelos paternos en Samaná, período que, dicho sea de paso, mi abuela aprovechaba para atiborrarme de comida porque yo estaba «demasiado flaco». Esta estadía coincidió con los juegos deportivos provinciales, por lo que eran unos días muy […]