La clave para dominar la estrategia: deshazte de la realidad
“La mejor manera de predecir el futuro es crearlo”. Peter Drucker
Hasta cierto punto, la estrategia es más un arte que una técnica, pero podemos tratar de seguir algunos pasos simples para dar lo mejor de nosotros. En comparación con el futuro, el presente es simple, ya que solo tiene una versión: la realidad. Tranquilos, este no es un artículo sobre mecánica cuántica, el gato de Schrodinger o The Matrix; se trata solo de estrategia, e intentaremos darles algunos consejos y trucos para convertirlos en buenos estrategas.
Encontrarás mil definiciones de qué es la estrategia. Sin embargo, todo se reduce al mismo concepto: la estrategia es tu plan para lograr un objetivo, ir de A (tu situación actual) a B (la condición en la que quieres estar). Cuando lo pones así, parece bastante fácil de entender y producir, pero todos hemos experimentado la dificultad de definir una estrategia y hacerla realidad. La mayoría de las veces es, lo siento, culpa nuestra, porque dejamos el “modo de estrategia”, quedamos atrapados en la realidad y arruinamos nuestra capacidad de seguir mirando el panorama general, lo cual es crucial para tus habilidades estratégicas.
A veces, no nos damos cuenta de que estamos en la mentalidad opuesta para obtener una producción de estrategia que queremos. Y recuerda: es imposible centrarse en el futuro y el presente al mismo tiempo. Igual que en una fotografía: cuanto más te acercas al sujeto, más difícil es mantener enfocado el primer plano y el fondo.
Tal vez deberíamos poner un ejemplo relacionado con nuestros sentidos. Al conducir, tienes que ser estratégico: mirar hacia adelante, los coches, el tiempo, las señales de tráfico, posibles obstáculos emergentes e inesperados, pensando en la mejor alternativa si encuentras un atasco. Si miras atentamente tu volante, la palanca de cambios, estás muerto. Comprendemos esto claramente, pero a veces nos olvidamos de mirar a nuestro alrededor, porque es más fácil concentrarse en el último problema o en las pérdidas y ganancias del último trimestre.
Por tanto, la realidad mata la estrategia. Vayamos paso a paso e intentemos mantener tus habilidades estratégicas y su rendimiento al máximo, a través de una secuencia natural que todos podemos seguir, igual que si fuese un “mantra estratégico”.
La estrategia es más un arte que una técnica, por lo que estamos tratando de hacer algo como el fantástico y clásico Algoritmo de Amistad “creado” por Sheldon Cooper. Pero de todos modos, lo intentaremos.
¿Cómo debes pensar en la estrategia?
Primero, pongámonos de acuerdo de lo que estamos hablando. Nuestra definición de estrategia sería “anticipar el futuro a través del análisis de muchas opciones, y la acción para hacer que suceda la que preferimos”.
Con la estrategia, lo que haces es maximizar las probabilidades de tu futuro deseado, y minimizar los riesgos de la realidad para descarrilar en cualquier otra opción. Es importante comprender que, con la estrategia, lo único que haces es tratar de aumentar la probabilidad de que el futuro se acerque a tu objetivo. Reduces la incertidumbre. Y a través de esto, dejamos en claro que no tener una estrategia significa dejar el futuro al azar, lo cual podría ser razonable en tiempos de extrema incertidumbre, o cuando necesitamos entrar en el “modo de supervivencia”. Pero incluso en situaciones muy volátiles, tenemos la capacidad, hasta cierto punto, de influir en el curso de los eventos a nuestro interés. Desde nuestra perspectiva, siempre es bueno no dejar nuestra estrategia “al azar”.
Tienes una tercera vía. Mucha gente la utiliza. Puedes dejar que la estrategia sea aleatoria y crear una narrativa que explique cómo has hecho que suceda la “realidad aleatoria”. Parece extraño, y tienes que tener mucho talento para contar historias, pero siempre es una opción que podríamos definir como estrategia “antiestratégica”. Ir hacia donde nos lleve el viento.
Si estamos convencidos que queremos tener una estrategia activa, vamos a los tres pasos para tomar el control y asegurarnos de que lo estamos haciendo lo mejor posible.
1. Ponte en “Modo estratégico”
Ya sabemos que estamos sesgados por la realidad porque estamos viviendo en ella. Después de todo, nos toca cada minuto, por lo que tendemos a pensar que la realidad lo es todo, y lo único posible. Pero sabemos que para dominar la estrategia, tenemos que imaginar un futuro teniendo en cuenta muchas cosas (entre ellas la realidad), pero también tendencias potenciales, cambios, comportamientos, eventos futuros, pronósticos, eventos inesperados y todo al mismo tiempo. Estamos tan conectados a las cosas que vemos que es difícil pensar en otras alternativas.
¿Qué podemos hacer? Nuestra sugerencia es hacer ejercicio. Juega un rato al Go. Sí, el juego de estrategia de hace 25 siglos. O juega al ajedrez. Cualquier cosa que te obligue a ver el panorama general. Cualquier cosa que te obligue a tener en cuenta varias variables al mismo tiempo, así como su interacción, influencia y las posibles consecuencias de cada movimiento. La estrategia consiste en pensar diez pasos adelante y volver, haciendo lo mismo muchas veces para analizar diferentes opciones.
Otro buen ejercicio, que muchas personas hacen como un truco de productividad, pero fundamentalmente es un juego de estrategia, es pensar en sus acciones en términos de obtener al menos dos resultados diferentes para cada movimiento. No hagas nada si no cumple al menos dos objetivos diferentes. Aumenta tu impacto, pero además, te obliga a ver las consecuencias desde muchas perspectivas diferentes y a obtener el control de las interdependencias.
2. La secuencia de entender — informar — analizar
Ves una situación, quieres cambiarla y decides cómo debe verse la realidad futura, de acuerdo con tu objetivo.
Identifica el futuro que deseas crear, cómo quieres guiar la realidad hacia ese futuro. Entiendes algunas de las variables que entran en juego, pero no tienes idea de muchas otras. Por eso necesita tener información sobre todos ellas, y analizar todo el conocimiento que puedas reunir de acuerdo con tu objetivo. Hay muchas opciones para hacer realidad tu futuro preferido; necesitas “andar” todas las alternativas, ver lo que va a encontrar en el camino, descartar las que podrían llevar a un callejón sin salida, descartar las más arriesgadas, hacer un esfuerzo para eliminar los obstáculos.
Podrías hacer un mapa mental, dibujar algunos cuadros, pensarlo, tomar notas, conversar. Lo que sea que funcione mejor para ti. Pero tienes que andar hacia el futuro y explorar la mejor manera antes de que llegue.
Para eso, es esencial obtener mucha información. Tienes que ser un poco obsesivo acerca de recopilar, revisar, la mayor cantidad de conocimiento posible. Cuanto más “te alimentes”, menos sorpresas encontrará en el camino hacia “tu” futuro.
Con toda la información recopilada, trata de pensar en tu estrategia teniendo en cuenta todo al mismo tiempo. Es hora del análisis, las opciones, las interdependencias y los efectos secundarios, sinergias, descubrimientos inesperados y relaciones ocultas. Ponte delante del panorama general e intenta encontrar el significado. Puede tomar tiempo, mucha ida y vuelta, pero este momento es primordial para tu estrategia.
Puedes ejecutar la secuencia en ambos sentidos: desde la comprensión hasta el análisis, o desde el análisis hasta la comprensión. Algunos prefieren adaptar la realidad a nuestros objetivos (quiero vivir en Marte, aunque ahora parece imposible), mientras que otros se sienten más cómodos definiendo los objetivos con la base de la realidad (quiero actuar paso a paso contra el cambio climático, ya que veo que está empeorando y se está convirtiendo en una emergencia). No hay una manera mejor que otra; lo único que debes comprobar es que quieres un futuro específico, y que tienes las herramientas para maximizar las probabilidades de que suceda.
3. Y aquí viene el arte: ahora pinta
Volviendo a la cita de Peter Drucker del principio, necesitamos crear nuestro futuro. No existe, y tenemos que hacerlo realidad. Puedes intentar guiar y forzar la creatividad y la innovación, pero en algún momento, implicará algunos momentos “ajá”. Todos sabemos dónde, cómo encontramos normalmente el ajá, cuando “todo cobra sentido”. Dejaremos esta parte para ustedes, pero insistiremos en que ese momento es necesario, atraparlo tan pronto como llegue, documentarlo (por lo general, no lleva más de media hora anotarlo), dormir sobre él, y ya lo desarrollarás más tarde. El trabajo duro ya está hecho. Crea algo comprensible que cualquiera pueda digerir, y empieza a trabajar en la implementación y los detalles.
Por sorprendente que pueda parecer, en las empresas, encontramos más ejecutores que estrategas, incluso en niveles ejecutivos. Por eso a los estrategas les resulta tan difícil hacer que el resto vea el panorama general. Aunque parezca ser solo un “clic”, puede ser útil proporcionarles las herramientas para ayudar a desarrollar una mentalidad que no es natural para la mayoría. Esa fue la única intención de este artículo, que también quisiera estimular la reflexión.
No dejes que una testaruda realidad arruine tu brillante futuro.