Las claves para del liderazgo del futuro

Alejandro Melamed es reconocido internacionalmente como confidential advisor, consultor disruptivo, conferencista y coach ejecutivo de alto nivel. Autor de 8 libros, entre ellos El futuro del trabajo ya llegó y el trabajo del futuro también, Diseña tu cambio, El futuro del trabajo y el trabajo de futuro y Empresas (+) humanas. Cuenta en su haber con más de 25 años de exitosa trayectoria en posiciones ejecutivas en multinacionales líderes, siendo su última posición la de VP de RR. HH. de The Coca Cola Company para Sur América. Y como si todo esto fuera poco, a través de Humanize Consulting, consultora que fundó en 2015, brinda servicios exitosamente a las principales empresas en Iberoamérica.
Todo esto hace de Alejandro Melamed uno de los principales referentes de habla hispana sobre el futuro del trabajo, la gestión de equipos ágiles, la humanización organizacional, el liderazgo auténtico y la transformación digital centrada en las personas en América Latina.
En esta conversación, Alejandro nos comparte su visión sobre cómo evolucionará el papel de los líderes en un mundo cada vez más tecnológico y qué competencias serán clave para el futuro.
- Hablemos del futuro del liderazgo, uno de los temas más fascinantes en el mundo organizacional. Con la irrupción de la inteligencia artificial, la transformación digital, la automatización, los modelos de negocio cada vez más disruptivos y las generaciones emergentes del talento humano, ¿cómo visualiza usted que evolucionará el papel de los líderes en las organizaciones?
Yo creo que el papel de los líderes, con todas las transformaciones que estamos viendo, cada vez es más crítico, porque cada vez más se visualizan aspectos en los cuales la tecnología no puede reemplazar al ser humano. La autenticidad que tiene el ser humano, la empatía, la compasión, todos aquellos aspectos que nos hacen diferentes justamente a la tecnología, son los que cada vez más se valoran, con lo cual cada vez va a ser más importante y cada vez va a ser más crítica la participación de los líderes en las organizaciones.
- En este contexto, que también se caracteriza por un cambio acelerado, ¿cuáles son las competencias de liderazgo que considera serán irreemplazables por la tecnología?
Creo que las competencias cada vez más importantes son la inteligencia emocional que incluye la empatía, la compasión, la influencia, la capacidad de acompañar al otro. Y creo que también hay que sumarle a esto la capacidad de escucha y la capacidad de preguntar las cuestiones más potentes. Todo esto también atravesado por la capacidad de aprendizaje constante y permanente ante cada una de las innovaciones que se van presentando.
- ¿Cómo puede un líder mantener la autenticidad y construir conexiones genuinas con su equipo en un mundo en constante transformación?
Es a través de la humildad. Es la capacidad de reconocer que debemos tener un ego saludable, que tenemos que manejar un estilo de proximidad con las personas de mucha escucha, de mucha sensibilidad y de mucho acompañamiento y estar a disposición de las personas, estar al servicio de las personas. Un líder que no está al servicio de las personas no sirve como líder.
- Usted es reconocido como un referente de la humanización organizacional. ¿Qué es la humanización de la organización y del liderazgo, por supuesto?
La humanización de la organización y del liderazgo básicamente es la capacidad de darnos cuenta de que somos simplemente seres humanos, que transitoriamente estamos en una posición de cierto prestigio, pero que eso es pasajero. La humanización implica no creerse en ese rol que va a ser para siempre. La humanización significa no despreciar a la otra persona. La humanización significa un trato digno a cualquier otro individuo y también percibir y darse cuenta de la fragilidad humana, de la vulnerabilidad que tenemos cada uno de nosotros.
- ¿Cuáles serían los tres pasos concretos que usted recomendaría para comenzar el proceso de transformación hacia un liderazgo más humano y efectivo?
El primer paso hacia una transformación, creo, es tener un sentido claro o comprensión de la realidad. El segundo paso para avanzar hacia un liderazgo más humano y efectivo es definir los factores críticos de éxito y establecer cómo se va a hacer la distribución de roles y responsabilidades. Y el tercer paso, consiste en generar los mecanismos de retroalimentación permanente que permitan sostener esa aspiración inicial que uno propone.
- Mirando hacia los próximos 5 años, y parafraseando el título de uno de sus libros, ¿cuál es el futuro del trabajo y cuál es el trabajo del futuro? ¿Qué tenemos que aprender y cómo debemos prepararnos las personas y las organizaciones para estos nuevos trabajos?
Cada vez más vamos a ir visualizando la incursión de la tecnología como un factor preponderante. Cada vez más vamos a ir trabajando en lo que se llama la complementación entre la tecnología y los seres humanos y el nuevo equipo que va a haber en las empresas no es solamente de personas, sino de personas y tecnología. Creo que vamos a avanzar hacia un mundo donde la tecnología va a ser omnipresente, pero en el cual el factor humano cada vez va a ser más trascendente y de mayor impacto.
- ¿Qué más están haciendo las organizaciones para abordar las actitudes, necesidades y motivaciones del talento humano en la actualidad?
Lo que se está viendo en cuanto a actitudes, necesidades y motivaciones es cada vez más entender al otro como un ser humano integral, y tratar de trabajar sobre lo que es salud física, salud mental y salud emocional. Tratar de tener una visión holística, una visión 360, una visión integradora, es cada vez más importante.
- ¿Cuáles son los principales obstáculos que usted anticipa que los líderes en América Latina enfrentarán en un futuro cercano?
El principal obstáculo creo que son la cantidad de años que venimos trabajando con modelos verticalistas, con modelos de líderes que tenían todas las respuestas, con modelos de líderes que teóricamente sabían todo. Creo que este es un obstáculo que las nuevas generaciones nos van enseñando, que tenemos que atravesarlo. Muchas veces creo que también tenemos la dificultad de importar modelos que no necesariamente son aplicables a nuestra geografía, con lo cual creo que lo que se requiere es sentido común, sensatez, humildad, capacidad de trabajo, proyección a largo plazo y darnos cuenta de que juntos podemos hacer mucho más. Y la horizontalidad y la sensibilidad son claves en esta dirección.
- ¿Cuál es su visión más esperanzadora sobre cómo será el liderazgo en las organizaciones del futuro, sobre todo en América Latina?
Pienso que en América Latina vamos a ir evolucionando muy rápidamente y que hay excelentes experiencias. Creo que un tema que es muy esperanzador es la cantidad de emprendimientos que hay en Latinoamérica, la cantidad de empresas tecnológicas emergentes y los excelentes ejemplos. Por otro lado, creo que América Latina es un exportador de talento y eso genera una esperanza enorme. Creo que estamos libres de un montón de inconvenientes que hay en otras geografías y creo que tenemos que valorar que todos en América Latina tuvimos que transitar muchas dificultades. Eso implica que nos hemos vuelto más resilientes, que nos hemos vuelto mucho más con recursos para enfrentar las dificultades. Entonces me parece que estamos en muchos sentidos mucho mejor preparados que otras geografías. Y me parece que esa es la principal esperanza, tomar las dificultades que tuvimos como una oportunidad estratégica para todos nosotros.
- Si tuviera que dar un solo consejo a los líderes que se sienten abrumados por la velocidad del cambio, la presión por resultados inmediatos y la incertidumbre, ¿cuál sería?
Más que un consejo, puedo dar un punto de vista. Muchas veces es solo tomarse un segundo para respirar profundo, salir un poco de la escena y darnos cuenta de que esto también pasará. Tratar de lo que se denomina «salir al balcón», es decir, tomar la distancia óptima para visualizar las situaciones como transitorias, que no van a ser eternas, y que eso también puede ser una oportunidad de aprendizaje.
Me parece que a los que se sienten abrumados hay que decirles también que a veces menos mal que hay problemas, porque si no hubiera problemas, si no se requiriera la intervención humana, la tecnología lo resolvería todo. Y creo que ahí es donde nosotros tenemos muchísimo para agregar y muchísimo para dar.