Cómo decir lo que piensa sin causar una explosión
La mayoría de los empleados se sienten frustrados, preocupados, molestos o desanimados en algún momento de su día laboral. ¿Por qué? Porque no están de acuerdo con el jefe, no apoyan la sugerencia de un colega o tienen puntos de vista distintos a los de la mayoría más insistente. Se quedan callados porque piensan que es políticamente poco inteligente estar en desacuerdo con la mayoría o la autoridad, o se guardan sus opiniones hasta que de un momento a otro explotan de ira. En otras palabras, alternan entre el silencio y la violencia. Ninguno de estos métodos hace que una idea salga a la luz y pueda ser parte de la visión colectiva y ninguno de los dos métodos ayuda a mejorar las condiciones o las relaciones de trabajo.
Acudimos a la violencia porque tenemos muy pocas habilidades para sostener conversaciones cruciales. Mientras que las investigaciones demuestran que la habilidad de sostener conversaciones cruciales es clave para la influencia, la efectividad en el trabajo e incluso para el éxito marital, la mayoría de nosotros tiene muy poco o ningún entrenamiento formal en el tema. Desafortunadamente, hemos desarrollado nuestro estilo actual observando a nuestros modelos de comportamiento, nuestros padres, amigos o antiguos jefes. Cuando decidimos decir lo que pensamos, inevitablemente recurrimos a esas herramientas mediocres ejemplificadas por nuestros modelos de comportamiento y terminamos usando el sarcasmo, el humor cáustico, las tácticas de debate y otras formas de violencia verbal. Finalmente, nos damos cuenta que estamos en problemas por haber dicho algo y acudimos nuevamente al silencio. Alternamos del silencio a la violencia una y otra vez y no es agradable.
La buena noticia es que no tiene que ser siempre así. Cuando empleamos las habilidades de las conversaciones cruciales podemos elevar nuestra capacidad para influenciar decisiones, mejorar las relaciones y decir lo que pensamos de manera que seamos escuchados. Utilice los siguientes consejos para aumentar sus habilidades:
1 Revierta su pensamiento
La mayoría de nosotros decide si hablar o no tras considerar los riesgos de hacerlo. Las personas que son mejores en las conversaciones cruciales no piensan primero acerca de los riesgos de decir lo que piensan. Consideran primero los riesgos de no decir lo que piensan. Se dan cuenta de que si no comparten sus opiniones propias y únicas, tendrán que vivir con las malas decisiones que se tomen como resultado de haber retenido o callado sus opiniones bien informadas.
2 Cambie sus emociones
La razón primaria por la cual no nos va bien en las conversaciones cruciales es que en el momento en que abrimos la boca ya estamos irritados, molestos o disgustados con los puntos de vista y opiniones de la otra persona. Entonces, no importa qué tanto tratemos de fingirlo, nuestros juicios negativos se cuelan en la conversación. Así que, antes de abrir la boca, abra la mente. Separa a las personas del problema. Trate de ver a los demás como seres humanos razonables, racionales y decentes –aunque tengan puntos de vista a los que usted se opone fuertemente. Recuerde, si usted lleva un juicio en la cabeza, el veredicto se verá en su cara.
3 Ayude a los demás a sentirse seguros
A menudo creemos que ciertos temas están destinados a poner a los demás a la defensiva. Aquellos con habilidad saben que las personas no se ponen a la defensiva si no siente inseguros. Trate de iniciar su próxima conversación crucial asegurando a la otra persona que sus intenciones son positivas y que usted la respeta. Cuando los demás se sienten respetados y confían en sus motivos, bajan la guardia y empiezan a escuchar aunque el tema sea desagradable.
4 Invite al diálogo
Luego de crear un entorno seguro, comparta con confianza sus puntos de vista. Una vez que lo haya hecho, invite a las opiniones diferentes. Esto significa que usted realmente anima o estimula a la persona a no estar de acuerdo con usted. Los más hábiles en las conversaciones cruciales no solo están ahí para exponer sus puntos de vista, sino que también quieren aprender. Si su meta es solo abusar verbalmente, los demás se resistirán a usted. Si usted está abierto a escuchar los puntos de vista de los demás, ellos estarán más abiertos a escuchar los suyos.