Cuestión de enfoque…
Los acontecimientos recientes no han hecho más que reforzar mi auto-convicción y estimular mi “apostolado” por el tema de enfoque. Y estos acontecimientos van desde la quiebra de los mayores bancos del mundo (los cuales se salieron de su negocio tradicional para hacer grandes apuestas en derivados financieros que ni ellos mismos conocían a fondo), hasta la tiendita de ropa que vendía “de todo un poquito”, nunca desarrolló un concepto o personalidad propia y terminó cerrando “porque la situación está muy difícil”…
¿Por qué enfocarse? El Enfoque permite la especialización (y por ende la diferenciación) y a su vez genera “Know How”. Esto sin contar que al estar enfocado su capacidad de captar oportunidades y detectar problemas se maximiza. De igual forma el estar enfocado no implica desestimar toda iniciativa a menos que sea 100% asociada a su sector de actividad. Simplemente implica no hacerlas a menos que estas sean complementarias, sinergicen con su actividad principal, aprovechen los recursos existentes, generen economías de escala, eviten la dispersión de esfuerzos o no diluyan su ventaja competitiva.
El enfoque también funciona hacia lo interno de las organizaciones. Por ejemplo, en una iniciativa de austeridad presupuestaria (muy en boga localmente aunque los números de la empresa indiquen lo contrario…), si no aplicamos el Enfoque y no conocemos a fondo cuales actividades realmente agregan valor a la organización y cuales no, podemos terminar “eliminando músculo en lugar de grasa”. Es decir, terminamos desarrollando una “democrática” estrategia de recortes en la cual a todos les toca “su poquito” y donde el área con el mejor negociador (no necesariamente el área medular al negocio) es la que logra el menor recorte porcentual en su presupuesto.
Al igual que el restaurant “del momento” que tiene de todo y para todos en su menú (para luego uno terminar en un juego de adivinanzas con el camarero en el que cada vez que le pides un plato, éste te dice que “precisamente ese se nos acaba de agotar”…) las empresas que busquen satisfacer todos los mercados, con todos los productos, y a todos los precios están destinados al fracaso. Tal y como dice Al Ries “cuando una compañía pierde su enfoque, pierde su poder”…