Daniel Goleman: Inteligencia emocional y social para un mundo en desafío

A partir de que en 1995 Daniel Goleman introdujo el revolucionario concepto de la inteligencia emocional al mundo, todo un movimiento global ha surgido con el objetivo de llevar el “CE” (coeficiente emocional, o “EQ” por las siglas en inglés de “Emotional Quotient”) a la práctica. De hecho, hoy día son cientos las multinacionales, instituciones, agencias gubernamentales, comunidades e incluso ejércitos que han adoptado prácticas y principios de Inteligencia Emocional, y de hecho, no hay un solo programa de desarrollo en liderazgo en el mundo que no aborde de alguna forma este tema. No sólo esto, el “CE” o “EQ” es un rasgo obligado a buscar a la hora de evaluar las probabilidades de éxito (actuales y futuras) de un líder. Es por esto que no es de sorprenderse que el Wall Street Journal liste a Daniel Goleman entre los “Top Ten Business Thinkers” y que el Instituto Accenture para el Cambio Estratégico lo considere como uno de los 10 principales intelectuales del mundo de los negocios.

A diferencia de muchos gurús, que publican un bestseller para luego desaparecer en los anales de la historia, Daniel Goleman tomó la acertada decisión de seguir publicando libros alrededor del tema y sobre todo enseñando a cómo aplicarlo a través de conferencias, entrevistas y artículos (su artículo “Qué Hace a un Líder” ha sido el artículo más reproducido de todos los tiempos por el Harvard Business Review). De ahí surge una larga lista de títulos (todos bestsellers) entre los que se destacan “La Inteligencia Emocional en la Empresa” (Working with Emotional Intelligence”) y “Liderazgo Primario” (Primal Leadership) entre muchos otros. Pero sin lugar a dudas, según nuestra opinión, la obra que definitivamente vino a complementar todo lo que nos había enseñado Daniel Goleman a la fecha fue su bestseller “Inteligencia Social” (Social Intelligence), llevando con éste todo el tema de las relaciones interpersonales a una nueva dimensión. A continuación la entrevista concedida en exclusiva para GESTION por este destacado y apasionante personaje.

G – Han transcurrido más de catorce años desde que usted escribió su bestseller Inteligencia Emocional, el cual introdujo al mundo a este concepto revolucionario. ¿Por qué cree usted que el tema de la Inteligencia Emocional sigue siendo tan atrayente hoy como cuando el libro fue publicado?

Daniel Goleman: En ese entonces la idea resonó con las personas por que esta hace sentido inmediato cuando usted se detiene a pensar en ella. Lo que yo le agregué fue la base científica para hacer esa distinción. De igual forma el término “CE” (coeficiente emocional, o “EQ” por las siglas en inglés de “Emotional Quotient”), se ha convertido en un fenómeno, porque el momento en que éste surgió era el correcto. El siglo pasado fue caracterizado por un énfasis exagerado en las habilidades académicas o intelectuales como la clave al éxito en la vida, pero como ya sabemos eso es sólo una parte del panorama. Si sus habilidades emocionales no están disponibles, si usted no tiene consciencia de usted mismo, si usted no es capaz de manejar sus emociones inquietantes, si usted no puede tener empatía y tener relaciones efectivas, entonces no importa qué tan inteligente usted sea, usted no va a llegar muy lejos.

Entiendo que la razón por la cual sigue siendo tan atrayente hoy día es porque la inteligencia emocional responde a un deseo muy amplio y generalizado de comprender las complejidades de la interacción humana. Esto la hace esencial para la educación y transformadora para la vida personal de las personas. De igual forma, a nivel corporativo esta es tan vigente porque la inteligencia emocional puede ayudar a las personas a tomar mejores decisiones, y esto es invaluable para los negocios, ya que mejores decisiones generan mejores resultados y beneficios. Además la inteligencia emocional permite a los profesionales llevar la compasión, la empatía y sabiduría a las organizaciones, algo muy necesario en estos tiempos que corren.

G – Basándonos en esto, ¿sería muy ambicioso decir que la inteligencia emocional es más relevante que el CI (coeficiente intelectual) para alcanzar el éxito en la vida?

Daniel Goleman: Se dice esto con frecuencia, pero desde mi punto de vista es por falta de comprensión. El CI puede mostrar si usted tiene la capacidad cognitiva para manejar la información y complejidades que enfrentará en un campo profesional determinado. Además de que CI es el más fuerte determinante de la profesión que usted puede elegir y en el cual puede desarrollarse exitosamente. Pero una vez usted esté en ese campo, la inteligencia emocional emerge como un predictor aún más fuerte de quienes serán los más exitosos, porque la forma en que nos manejamos en nuestras relaciones y emociones es lo que determina que tan bien nos irá una vez ya estemos en un empleo determinado. Cuando digo manejar las emociones, yo solo hago referencia a las emociones verdaderamente inquietantes e incapacitantes, ya que el sentir las emociones es lo que enriquece la vida.

G – Algunas personas reaccionan agresivamente cuando están bajo presión o bajo un ataque aparente. ¿Podríamos decir que ser emocionalmente inteligente es tener la habilidad de controlar las reacciones impulsivas rápidas?

Daniel Goleman: Eso es correcto. El “cerebro emocional” responde a un evento mucho más rápidamente que el “cerebro pensante”. Si percibe una emergencia emocional, puede tomar control de todo el resto del cerebro antes que el neo-cortex (el cerebro pensante) haya tenido tiempo de analizar las señales entrantes y decida qué hacer. Esto ha ayudado inmensamente como un mecanismo de supervivencia y así es como nuestros ancestros sobrevivieron a las amenazas que enfrentaban. El tema es que todavía tenemos ese mecanismo cerebral de nuestros ancestros, pero ahora puede meternos en serios problemas porque vivimos en un complejo mundo simbólico y “el cerebro emocional” está respondiendo a emergencias percibidas como si fueran alertas biológicas y puede llevarnos al miedo paralizante, o a la furia o a una gran ansiedad antes de que sepamos qué está pasando en realidad. Así que la habilidad para pausar y de no actuar sobre ese primer impulso se ha convertido en una habilidad emocional crucial en el mundo moderno.

G – Entonces, ¿qué podemos hacer al respecto?

Daniel Goleman: La buena noticia es que nuestro cerebro puede ser formado a través del entrenamiento y experiencias repetidas. Esto quiere decir que es posible adquirir las habilidades emocionales. La atención mental plena es un buen ejemplo de esto. Esta habilidad de percatarnos qué está pasando a medida que ocurre y de poder pausar antes de responder, es una habilidad emocional crucial y se puede aprender. Si usted practica regularmente, con disciplina, y lo hace a diario, usted de hecho empieza a rediseñar los circuitos de su cerebro para las emociones y para la percepción de una manera muy poderosa y beneficiosa. Por citar sólo una de tantas formas conocidas de entrenar el cerebro, se ha descubierto que la meditación de atención plena propicia la habilidad de inhibir los impulsos emocionales rápidos.

G – Vamos a movernos al mundo corporativo. Tal y como dijo anteriormente el concepto o idea de la inteligencia emocional ha sido ampliamente aceptado por las empresas, las cuales en términos generales son más receptivas a los conceptos medibles en términos de beneficios financieros. ¿Esta aceptación ha sido basada en el deseo de mejorar el desempeño (y por ende los beneficios o “bottom line”) o piensa usted que hay un lado más altruista en este sentido?

Daniel Goleman: Cuando me dispuse a escribir mi próximo libro, Working With Emotional Intelligence (La Inteligencia Emocional en la Empresa), quise hacer un caso de negocios acerca del hecho de que los que mejor desempeño tienen en las empresas son aquellas personas fuertes en habilidades como la auto-conciencia, la auto-regulación emocional y la empatía. Mi esperanza era que las organizaciones empezaran a incluir esta gama de habilidades en sus programas de capacitación – en otras palabras, ofrecer educación adulta en inteligencia emocional y social. Eso fue exitoso más allá de lo que soñé – ahora existe una mini industria en el mundo de los negocios que se dedica justamente a eso. Puede haber algo irónico en esto, pero esta fue también mi meta estratégica. Poniendo a la motivación de lado, si las personas mejoran estas habilidades de vida en la empresa, todos se benefician; el cerebro que no distingue a la hora de ser un gerente más empático y un padre más empático.

Los líderes que usan su eficacia emocional para inspirar confianza, compromiso y compasión tendrán mejores resultados. Esta habilidad de hacer aflorar lo mejor de las personas se traduce a los resultados financieros. El CE define nuestra capacidad para las relaciones y esto es esencial para los líderes cuyas decisiones y elecciones hacen eco a través de docenas y cientos de relaciones en una red compleja como puede ser una empresa.

G – Usted también es el pionero en el tópico de inteligencia social. ¿Qué es exactamente la inteligencia social?

Daniel Goleman: La inteligencia social trata sobre ser inteligente acerca de las relaciones, es la parte interpersonal de la inteligencia. Significa percibir lo que la otra persona está sintiendo, entender su punto de vista y la facilidad en tener interacciones llanas y efectivas. Se trata de tanto saber qué está sintiendo una persona como actuar efectivamente basándose en ello. Afortunadamente casi todo esto es inconsciente. Digo “afortunadamente” porque tenemos que hacer esto tan rápidamente para que las cosas fluyan suavemente que si tuviéramos que pensar en ello, sería complicado…

G – ¿Cómo se aplica esto en un entorno de trabajo?

Daniel Goleman: Un entorno de trabajo que es socialmente tóxico es también un gran daño a la efectividad. Los líderes socialmente inteligentes reconocen que parte de su compromiso es ayudar a los demás a ser lo mejor de ellos mismos, que no es más que estén motivados, entusiastas e interesados. Mientras más entendimiento y armonía existe en un ambiente de negocios, más rápidamente se conseguirán los acuerdos y la gente trabajará mucho mejor como equipo. Es muy importante sintonizarse a esto y entender a cabalidad que el estado interior de las personas mientras trabajan juntas cuenta mucho.

G – Siendo esta realidad tan evidente, ¿por qué tantos líderes fracasan en lograr esto?

Daniel Goleman: La inteligencia social se compone de muchas habilidades. Algunas personas pueden ser fantásticas en reconocer las necesidades de los clientes – esa es una forma de empatía. Algunas personas pueden ser muy buenas en sentir el estado de ánimo o atmósfera de una sala y observar las variaciones momento a momento.

Otras personas pueden ser muy hábiles en hacer nuevas conexiones, en tener redes interpersonales extensas. Otras personas pueden ser muy buenas en comprender las dinámicas políticas de la empresa. Si usted está en un alto nivel en los negocios, lo más probable es que sea bastante bueno en muchas de estas habilidades. Pienso que demasiadas organizaciones son bastantes ingenuas acerca de los ingredientes del liderazgo y cometen el error clásico de asumir que alguien que es un contribuidor individual sobresaliente, por ende sería un líder sobresaliente. Si es un contribuidor individual sobresaliente, manténgalo como un contribuidor individual y dele un aumento…

G – Entonces, ¿cómo podemos empezar a ser más socialmente inteligentes?

Daniel Goleman: Escuchando. El escuchar deficientemente es el catarro común de la inteligencia social. Y está empeorando con la tecnología… Para tener un momento humano, usted necesita estar plenamente presente. Usted debe estar alejado de su ordenador portátil, deje el BlackBerry ® en la mesa, pare de soñar despierto y preste su completa atención a la persona con quien está. Puede sonar rudimentario, pero piense que tan frecuentemente seguimos haciendo multitareas y prestamos la mitad de la atención. Usted puede sobreponerse a eso tomando consciencia mental plena de lo que está pasando.

G – ¿Qué es lo próximo que podemos esperar acerca de estos temas?

Daniel Goleman: Para las personas apasionadas con estos temas, mi deseo es que nos preocupemos más acerca de lo que está pasando en el mundo y que utilicen estas para afrontar esos problemas. Ya sean problemas locales, problemas nacionales o el horrible peso de la pobreza en los niños del mundo. Espero que la inteligencia emocional y la inteligencia social ayuden a las personas a distanciarse de la ganancia personal y del interés propio y, que en vez, se percaten, se preocupen y tomen acción acerca de lo que necesita ser arreglado en el mundo.

Habiendo escuchado esto último, lo cual evidencia su gran sensibilidad social no era de sorprendernos que su último libro, muy ajeno a su línea editorial anterior se titule “Inteligencia Ecológica”. No obstante decidimos preguntarle por qué este tema argumentándonos en su respuesta que los temas asociados a la sostenibilidad y el equilibrio ecológico siempre le han apasionado ya que “en definitiva de nada sirve aprender a ser una mejor persona o un mejor líder si no vas a tener un mundo en dónde serlo”. Sabias palabras; pero viniendo estas de Daniel Goleman no podíamos esperar menos…

Sobre el autor

Daniel Goleman

Goleman, considerado uno de los 10 intelectuales más destacados del mundo de los negocios por el Accenture Institute for Strategic Change.

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