Gestionar la incertidumbre con serenidad y resiliencia
Este nuevo contexto exige dos nuevas actitudes: serenidad y resiliencia.
Hace poco leí que gestionar la incertidumbre requiere lentitud y estoy de acuerdo. En momentos de crisis y cambios constantes ya no podemos tomar decisiones rápidas, ni apostar, como hasta ahora, por la velocidad. Necesitamos más que nunca estar en calma, pensar con cabeza, barajar —sin celeridad— las mejores opciones para luego decidir.
Sin embargo, siento que muchos directivos todavía no se han dado cuenta que nos encaminamos a un tipo de management diferente, más pausado, más sosegado, más sereno.
Solo las personas serenas logran pensar antes de decidir y no se sienten demasiado asustadas, preocupadas o ansiosas por el devenir: gestionan el estrés.
Por eso, hoy necesitamos menos proactividad y más serenidad. En los últimos tiempos la proactividad ha sido una huida hacia delante sin pensar, un escape del miedo a lo desconocido. Este planteamiento ha llevado a muchos directivos a cometer errores insubsanables. En cambio, desde la serenidad se puede hacer frente a las contrariedades y adversidades sin caer en la desesperación ni en la impaciencia, sino manteniendo una actitud reflexiva que permita valorar y ver la magnitud del problema, buscando soluciones desde la calma y la reflexión.
Además, el directivo del siglo XXI ha de trabajar a fondo la resiliencia, la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia profesional y personal, pues las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos.
Según el psiquiatra Enrique Rojas, la resiliencia es un mecanismo adaptativo del ser humano que tiene una base genética, pero también mucho de factores ambientales, especialmente dos:
- Las conexiones afectivas.
- La autonomía personal.
Es decir, la persona que tiene con quien hablar y está convencida que domina las riendas de su vida, lidia mejor con las adversidades.