Ken Blanchard: Hacia un nuevo liderazgo
“La economía se reduce a la confianza en el empleo, tanta mala noticia en torno a la crisis ha acabado logrando una gran negatividad. ¿Qué hacemos como líderes? Mantenernos unidos, ofrecer buenos servicios y seguir ahí”.
La expectación era grande, el aforo multitudinario. La conferencia “Liderazgo al más alto nivel” que ofreció Ken Blanchard, invitado al país por INTRAS, concitó a los principales líderes empresariales dominicanos que, desde temprano, acudieron a la cita con un deseo claro: potenciar su liderazgo.
Este líder cree tanto en aquello que comunica que lo hace de una forma directa, clara y contundente. Habló de cómo alcanzar ese liderazgo al más alto nivel. ¿El secreto? Ser un líder servidor. Ninguno de los que asistieron a su conferencia quedó indiferente al escuchar que “uno se convierte en adulto cuando aprende que está en este mundo para dar, no sólo para recibir”. Ahora bien, cómo logra usted esta afi rmación en un mundo de negocios tan competitivo y en una época de crisis. Ken Blanchard lo explicó y todos escucharon atentamente.
Visión y metas
Liderazgo es amor. Sí, como lo lee. Amor hacia su misión, sus clientes, su equipo y usted mismo. Es la única manera de alcanzar la excelencia, y para lograrlo debe tener las prioridades muy claras.
Muchas organizaciones no saben hacia dónde se dirigen y qué les guía en el camino. Es muy importante tener una visión inspiradora. ¿Qué trata de lograr con su negocio o con su liderazgo? Sin ese punto en el horizonte, la energía se dispersa. Si tiene claro en qué negocio está, tiene muy presente cuáles son sus metas; quizás no se logren siempre, pero por lo menos allanarán el camino. Y es una técnica que perfectamente se aplica en la vida personal, porque ésta no puede entrar en contradicción con la laboral. Walt Disney tuvo su visión muy clara: quería que todo el mundo saliera con una sonrisa en la boca, y lo logró.
Escuchar al cliente
El mayor problema de hoy en día es el ego humano, afi rma Ken. Las personas son parte del problema y no de la solución. Además, no asumen responsabilidades y la culpa siempre es de los demás. Es algo que vemos a diario en todas las facetas de la vida.
Y la respuesta está tan cerca, tan al alcance de todos. Hay que ser un líder servidor, de manera que los clientes y las personas que trabajan con usted se conviertan en un elemento esencial del éxito, más aún que ganar dinero.
Todos los clientes son importantes, y usted debe saber qué quieren. Un buen producto y un buen servicio le da acceso al campo de juego, pero la única manera de mantenerse es el momento de la verdad, es decir, cada vez que un cliente entra en contacto con la empresa hay que lograr una buena interacción y ganarse su fi delidad.
Mucha gente escucha a los clientes pero es a la defensiva, primero hay que comprender, escuchar y luego reaccionar. Entusiasmarse con las cosas y luego decidir, prestar atención a los clientes. Eso es liderazgo de servicio.
Todos juntos
Tras las metas, la visión, los valores y la energía enfocados… Llega transmitir todo eso adecuadamente a las personas con las que trabaja. Recuerde que su trabajo es servir. A todos les gustan las jerarquías, el título de jefes y tener subalternos. Pero hay que permitir que éstos usen el cerebro, darles poder para manejar las situaciones con los clientes.
Es el momento de voltear la pirámide y asociarse con su equipo para un excelente desempeño. Si el personal está en sintonía con lo que hacen, todo va a funcionar. Como líder debe ayudarles a resolver problemas, darles participación y permitir que disfruten su trabajo. Todo se traduce en que harán aquello que esté en sus manos para atender bien a los clientes.
Cuando evalúe el desempeño de su personal, todos deben estar cerca de la “A”. Para lograrlo, su papel es planifi car su trabajo, dejar claras las normas, establecer las metas y dar un entrenamiento diario. No sólo tendrán una A, sino que confi arán en usted y todo devengará en un gran benefi cio para la empresa. Aquellos que no se sumen a ésta dinámica, como dice Ken, compártalos con la competencia.
El buen líder
¿Está siendo un líder para servir o para ser servido? Sea honesto y tendrá la batalla ganada. Tal y como explicaba Ken, los líderes egoístas piensan que se merecen el puesto, no se dan cuenta que todo es prestado. Hay que aceptar las críticas para mejorar, y permitir que las personas a su alrededor brillen. “Ninguno es más inteligente que todos juntos”. Y no hay nada malo en pensar que la valía es dinero y reconocimiento, lo malo es cuando como líder sólo valora esa parte de su trabajo.
Liderazgo al más alto nivel, es lograr que las personas alcancen las metas propuestas. Los benefi cios son el aplauso que usted recibe de sus clientes y crear un entorno motivacional entre su gente. El objetivo fi nal es ser el proveedor que elijan los clientes frente a la competencia, así se convierten en parte de su fuerza de ventas, y ser el empleador con el que todo el mundo quiere trabajar. Eso es el éxito.
Y ahora conteste, ¿qué clase de líder es usted?…
Algunos de los momentos y del público que se dió cita en esta magistral conferencia.
Tres claves
Los grandes líderes tienen 3 grandes virtudes:
Resolución: ser determinados para alcanzar su visión inspiradora.
Humildad: la mejor manera de combatir el ego. Humildad no es ser débil, es utilizar el talento como un trampolín. Las personas humildes no piensan menos de sí mismos, simplemente no piensan tanto en ellos mismos. Hay que aceptar los errores.
Generosidad: utilizar su tiempo y capacidades para dar y no sólo para recibir.
Los valores
Es importante establecer una serie de valores que inspiren a la visión. Para Ken los principales son pasión, beneficio, gente y prioridades. Pasión en lo que hace, que esto le genere dinero, preocuparse por su equipo y sus clientes, y tener muy clara su jerarquía de prioridades. Esto no signifi ca que no enfrente la realidad, sino que vea las cosas desde el lado bueno de la vida. Un líder tiene que proyectar una buena imagen, aun estando desmoralizado, y mandar ese mensaje en todo tipo de formas posibles.
La mente tiene en común con la computadora que no distingue entre la verdad y lo que usted le dice. Si se repite constantemente que no es bueno, la mente lo acepta y responde en función de esa verdad. Entonces, mírese en el espejo y diga: soy extraordinario.