Las claves del éxito de la mujer directiva
La buena noticia es que todas las cualidades se hacen. “Es cierto que se nace con un cerebro, señala, pero es cosa de potenciarlas y desarrollarlas”.
Esto se logra a través del conocimiento de nuestras neuronas, las capacidades innatas que uno tiene y potenciarlas por medio de la autoobservación, viendo las propias capacidades. Conocerse a fondo, no compararse, no querer ser otro y quererse tal como uno es. “Nos movemos con distintos egos, con máscaras sociales en lugar de aceptarnos con nuestras imperfecciones. Yo estoy orgullosa de mi propia imperfección y me encanta ver la imperfección del otro porque hay más autenticidad. Se usa una expresión en España, que es “no ir de nada”, las personas van de perfectos, de campeones. Se trata de ser, no de ir, y esto, aplicado a la vida personal y empresarial”, explica Maryam Varela.
Otro punto importante para obtener este éxito es ser coherente. La primera coherencia es no competir con otras mujeres y la segunda, no competir con los hombres, sino complementarnos. Saber que la mujer cree que maneja mejor su inteligencia emocional, pero no es así, puesto que ella conoce mejor su mundo emocional, tiene más desarrollada la capacidad de entender y comprender el mundo emocional de ella y del otro, que no es lo mismo. La mujer tiene más desarrollado el oído y la vista, por lo que tiene más percepción para una situación de negociación.
Trabajar bien la inteligencia emocional es conocer bien las cinco competencias que la conforman y que están presentes en ambos géneros. Son autoconocimiento, autocontrol, automotivación, empatía y habilidad social. Estas cualidades en una mujer la hacen tener más y más preponderancia en altos cargos dentro de las organizaciones. A juicio de Varela, la razón es que las empresas están cambiando a estructuras más dinámicas y horizontales donde la clave para dirigirlas es ser capaz de comunicarse y movilizar a las personas a la participación, y eso lo tiene más desarrollado la mujer, que puede manejarse mejor a sí misma y a los otros, que no es equivalente a dirigir, pues manejar es llevar a otros a resultados como un líder, sin imponerse. La mujer tiene un rol más de incentivar a la participación que trae de niña, desde su casa, en el hogar, con los amigos, incluso a las personas dentro de un departamento en una organización y eso lo debe llevar al mundo empresarial.
Señala la experta que el nuevo paradigma es que la mujer se sienta orgullosa de ser mujer, que crea en sus propias capacidades y se deje de pensar que hay que moverse en el mundo empresarial con normas masculinas. Hay que mantener el rol femenino. No hay que competir con el hombre para que ellos no se pongan difíciles como lo hacen con aquellas mujeres que van a la defensiva o son agresivas.
TIPS
»Conocer a fondo las capacidades femeninas.
»Potenciar las que más se tenga. No todas tienen en el mismo grado de capacidad.
»No dejarse llevar por las reacciones emocionales. Saber distinguir entre emociones y datos.
»En una relación de pareja o empresarial, si una mujer es capaz de hacerle entender al hombre cómo van sus emociones, es una ayuda.
»Nunca hablar de las emociones cuando están descarriladas, pues se sobrerreacciona. Conocer bien cuáles son los desencadenantes de las explosiones emocionales, si es una persona o una situación. Hay tres cosas que desencadenan lo peor de nosotros: una persona que tenga algo de mí que no me gusta (el espejo), que una persona tenga algo que no tengo y quisiera tener, que una persona tenga una característica de alguien que me haya dado dolor en el pasado (un fantasma del pasado).
»Ejercer autoliderazgo, ser libre, dejarse expandir, ser lo que uno quiere ser.