Rinocerontes grises: El imperativo de la prospectiva estratégica en la gestión de riesgos empresariales

En el vertiginoso mundo de los negocios, la incertidumbre es una presencia constante e inevitable. Como empresarios o ejecutivos, nos enfrentamos a un entorno en cambio permanente, donde la supervivencia de nuestras empresas depende tanto de nuestra capacidad de anticipación como de la velocidad de respuesta frente a la ocurrencia de sucesos inesperados y de alto impacto, generalmente conocidos como «cisnes negros».

En efecto, episodios tales como el estallido de una guerra, la aparición de una nueva enfermedad infectocontagiosa de alcance global o un evento climático devastador sobre una zona de muy alto valor económico o estratégico suelen ser considerados ejemplos innegables de cisnes negros y, como tales, considerados imposibles de prever. Sin embargo, también existe otro tipo de riesgo igualmente peligroso, pero a menudo ignorado: el de los «rinocerontes grises«.

Desentrañando el enigma de los rinocerontes grises

El término rinoceronte gris fue acuñado por Michele Wucker, una analista de política y economía internacional, tras analizar la secuencia de hechos que llevaron a la Argentina a su crisis política y económica del 2001 y la evolución de la crisis económica de Grecia. En esos casos, Wucker descubrió que tanto el caso argentino como el griego mostraban situaciones con peligros predecibles con alta probabilidad de ocurrencia e impacto, pero ante los que no se habían tomado medidas para evitarlos o, al menos, mitigarlos.

La hipótesis de Wucker es que hay situaciones o contextos donde ciertos riesgos, a pesar de su alta probabilidad de ocurrencia, terminan siendo ignorados, o sus potenciales efectos subestimados, por diferentes razones.  Ya sea que quienes deban tomar acciones al respecto no sepan cómo hacerlo o que ni siquiera se den cuenta de que están frente a una situación que podría tener consecuencias negativas, lo cierto es que, a diferencia de los cisnes negros, que por definición son impredecibles, los rinocerontes grises no solo son evidentes, sino que tan bien son predecibles. Estamos hablando de riesgos que podemos ver que se avecinan en el horizonte, pero que a menudo se ignoran hasta que resulta ser demasiado tarde.

Así como el apelativo de “cisne negro” fue creado por Nassim Nicholas como referencia al hecho de que en una época se pensaba que todos los cisnes eran blancos y entonces la aparición de uno de color negro era considerada una rareza, Michele Wucker, razonando de manera análoga, pensó en que los fenómenos que había estudiado se parecían a esos animales, los rinocerontes grises, por su gran porte, lentitud de marcha y enorme fuerza.  Los rinocerontes grises son abundantes, tanto como los fenómenos a los que se les puede asignar ese carácter.

Hablamos aquí de riesgos que se pueden gestar durante años, incluso décadas, pero que en muchos casos son ignorados hasta el mismo momento en que hacen sentir sus efectos, como fue el caso de los accidentes de dos aviones del modelo 737Max, cuyas causas pueden identificarse en el preciso instante en que, tras la fusión entre McDonell-Douglas y Boeing, esta última comenzó a prestar más atención a sus ratios financieros que a sus estándares de calidad. El cambio de enfoque resultó en conductas negligentes que tuvieron consecuencias devastadoras para la empresa, generando pérdidas financieras y un daño irreparable a su reputación.

Mientras para muchos, en un principio, la caída de los dos aviones pudo haber sido considerado un cisne negro (la probabilidad de ocurrencia de tales accidentes es realmente muy baja), en la realidad terminó siendo un claro ejemplo de rinoceronte gris.

El espectro de los rinocerontes grises en el mundo empresarial

Los rinocerontes grises pueden manifestarse en diversas formas en el ámbito empresarial. He aquí algunos ejemplos:

  • Crisis climáticas. El progresivo calentamiento del planeta es un fenómeno físico evidente y su tendencia parece irreversible, al menos por el momento, lo cual nos lleva, inevitablemente, a la ocurrencia de eventos climáticos extremos, tales como huracanes de mayor severidad, sequías prolongada e inundaciones cada vez más frecuentes y severas. Estos sucesos pueden llegar a interrumpir, o al menos afectar en gran medida, a cadenas de suministro, causar daños a la infraestructura y afectar la demanda de productos y servicios.
  • Ciberataques. En la era digital, los ciberataques constituyen una amenaza inocultable y que no debería ser desestimada, sino todo lo contrario. Sucesos tales como el robo de datos pueden involucrar información confidencial de nuestra empresa o clientes, exponiéndonos a reclamos económicos y a la pérdida de negocios. La falta de preparación para estos ataques es inexcusable.
  • Desigualdad social y disturbios civiles: Una rápida mirada a las noticias publicadas tanto en los medios tradicionales como en las redes sociales permite detectar un aumento en las tensiones sociales y la desigualdad económica en muchas regiones del planeta.  Esto puede llevar a disturbios y enfrentamientos con serias consecuencias en la capacidad de las empresas para realizar sus negocios en determinados mercados.
  • Pandemias: Ya sabemos lo que sucedió durante la reciente pandemia de COVID-19, y sabemos también que están dadas las condiciones para la aparición de nuevos sucesos similares, por lo que toda empresa debería contar con planes de contingencia apropiados para tales circunstancias.
  • Burbujas financieras. Hoy sabemos que la crisis financiera del 2008 fue un rinoceronte gris que se fue gestando a partir de principios de este siglo, con políticas comerciales y regulatorias demasiado laxas, por las que millones de personas accedieron a propiedades bajo préstamos hipotecarios a tasa variable.  El sistema financiero sigue siendo vulnerable a nuevos episodios similares en el futuro y su ocurrencia no sería otra cosa que otro rinoceronte gris.

Por supuesto hay muchos más casos.  La guerra entre Rusia y Ucrania, los conflictos en Oriente Medio, el avance de ciertas adicciones como el fentanilo y las consecuencias de ciertos procesos migratorios en Europa son claros ejemplos.

Prospectiva estratégica: Una herramienta para lidiar con los rinocerontes grises

La prospectiva estratégica es una herramienta apropiada para identificar y abordar al fenómeno de los rinocerontes grises, ya que permite anticipar riesgos y desarrollar estrategias a través del análisis de tendencias y la identificación y el análisis de posibles escenarios.

Al analizar el entorno en el que una empresa desarrolla sus negocios, los expertos en prospectiva pueden identificar los riesgos más probables y de mayor impacto que podrían afectar a una empresa. Una vez identificada la existencia de rinocerontes grises, se puede avanzar con una serie de iniciativas, entre las cuales se pueden mencionar las siguientes:

  • Gestión proactiva del riesgo mediante la implementación de un proceso sistemático que permita identificar, evaluar y mitigar sus riesgos potenciales.
  • Reducir la dependencia de un único mercado, producto o proveedor. La diversificación puede ayudar a las empresas a resistir los choques externos y a adaptarse a los cambios en el entorno empresarial.
  • Trabajar en colaboración con otras empresas, gobiernos u organizaciones no gubernamentales para abordar riesgos complejos que requieran una respuesta coordinada.
  • Invertir en investigación y desarrollo para desarrollar nuevos productos, servicios y procesos que puedan ayudar a mitigar los riesgos y aprovechar las oportunidades emergentes.

Conclusión

Los rinocerontes grises son un fenómeno cuya existencia no debe ser ignorada. Y si bien sus efectos pueden llegar a ser devastadores, estos pueden ser mitigados y hasta eliminados mediante la aplicación de las herramientas de la prospectiva estratégica, junto con la adopción de una actitud proactiva.

Para ello resulta fundamental aprender a desarrollar dentro de nuestras empresas una mayor capacidad de anticipación junto con las habilidades necesarias para diseñar y ejecutar estrategias que permitan a nuestras empresas construir un futuro más resiliente y sostenible.

Sobre el autor

Jorge Fontanini