Cómo desarrollar la presencia ejecutiva

Todos hemos conocido líderes que entran en una habitación e inmediatamente atraen la atención e infunden el respeto de los presentes. Hay algo en ellos que inspira confianza. Los miembros del equipo quieren seguirlos e impresionarlos.

Pocos negarían que el desarrollo de una mayor presencia ejecutiva también puede ayudar a las personas inteligentes y capaces a dar el salto de colaborador individual a gerente y de gerente intermedio a la alta dirección. De hecho, como coaches ejecutivos, es una de las habilidades de desarrollo acerca de las cuales más nos preguntan y nos piden asesoría. Entonces, ¿cómo se consigue más presencia ejecutiva? Lo que sigue son algunas de las habilidades que se debe considerar dominar:

Confianza calmada. Las personas con presencia ejecutiva parecen seguras de sí mismas, pero son capaces de imponer respeto sin ser arrogantes. Esperan ser escuchadas y, por lo tanto, no necesitan interrumpir. No se preocupan si no tienen todas las respuestas. Tienen curiosidad y deseos de aprender. También muestran una mayor confianza en los integrantes de sus equipos y se ocupan de empoderarlos. Escuchan activamente y se rodean de personas que le hablan con franqueza y sin rodeos.

Lenguaje corporal. Aquellos con presencia ejecutiva parecen estar más relajados en su propia piel. Expresan confianza en sí mismos y muestran su fuerza no en las «posturas de poder» del antiguo mundo organizacional, sino en siempre mostrarse abiertos: mirada alerta, sonrisa sincera, piernas y torso dirigidos hacia la persona que habla. Al reflexionar sobre algo o ponderar una situación, pueden recostarse en sus sillas, con las manos detrás de la cabeza. Al hacer un punto, es posible que se inclinen hacia su interlocutor.

Motivador en jefe. Los mejores altos ejecutivos ayudan a las personas a ver cómo su trabajo contribuye a la misión más grande de la organización. Desarrollan el talento de tomar ideas complejas y simplificarlas para que los miembros del equipo entiendan lo que se espera de ellos. Proporcionan una clara estrella polar: una misión que es simple y, sin embargo, lo suficientemente profunda como para motivar a otros. También sacan lo mejor de los miembros del equipo al reconocer el trabajo bien hecho de manera constante y frecuente.

Vulnerabilidad. Aquellos con una fuerte presencia ejecutiva tienen la capacidad de ser vulnerables con quienes los rodean. No comparten todos los detalles de sus vidas, pero sí lo suficiente como para que las personas con las que trabajan los vean como reales. Parte de esto es saber cuándo aligerar las cosas. No solo permiten que ocurran momentos de levedad o diversión, sino que también hacen una broma o un chiste de vez en cuando. Debido a que son reales, vulnerables y un poco divertidos, a la gente le gusta estar cerca de ellos.

Mangas arremangadas. Los grandes ejecutivos lideran desde el frente y dan un fuerte ejemplo. Se ensucian las manos cuando es necesario y trabajan tan duro como le piden a su gente. Por ejemplo, no salen a las 5 de la tarde cuando piden a los miembros del equipo que estén allí hasta la medianoche.

Empatía. Los que tienen los mejores niveles de presencia ejecutiva no están ensimismados ni aislados. Se preocupan por su gente y por las cosas que le importan a su gente, es decir, su desarrollo profesional y el logro de sus objetivos. La sensación de los miembros del equipo es: «Mi líder me respalda. Se preocupa por mí y por mi familia».

Estratégico. Aquellos con presencia ejecutiva son capaces de entender lo que es importante para la organización en general y pueden hablar desde una perspectiva de toda la empresa. Pueden trabajar con varios equipos con diferentes prioridades, incorporando todas esas perspectivas y poniendo a todos en el mismo camino.

Enfoque total. Hemos trabajado con cientos de altos ejecutivos a lo largo de nuestras carreras, y hemos descubierto que los más exitosos tienen una capacidad única para mantenerse completamente enfocados en las reuniones y cuando pasan tiempo a solas con los demás. No llegan tarde, no se van más temprano ni cancelan en el último minuto. Demuestran que respetan el tiempo de los demás.

A medida que usted revise esta lista de habilidades, lo más probable es que sienta que es bastante bueno en algunas y no tan bueno en otras. Si no está seguro, hable con un mentor de confianza. Elegir trabajar en una o dos de estas habilidades puede ayudarle a mejorar sustancialmente su presencia ejecutiva.

Sobre el autor

Adrian Gostick y Chester Elton

Son consultores, conferencistas y autores en temas del compromiso de los empleados. Entre sus bestsellers  del New York Times se encuentran los libros Leading with Gratitude, All In y Anxiety at Work. Son los fundadores de The Culture Works y trabajan con organizaciones de todo el mundo para abordar los problemas de cultura organizacional, así como de compromiso y bienestar de los empleados.