Relato de una incursión fuera de la zona de confort…

En mi nuevo libro RESTART: Siete acciones clave para superar desafíos y alcanzar tus metas, dedico un buen espacio del capítulo Explorar al tema de salir de nuestra zona de confort. En esos párrafos, narro que todo lo que hoy somos y nos produce plenitud, gratitud, satisfacción, orgullo y placer lo obtuvimos gracias a haber salido de nuestra zona de confort. También indico que nuestros logros han requerido, en su gran mayoría, de grandes esfuerzos y sacrificios, y que casi todo lo que tiene el poder de maravillarnos existe porque alguien decidió salir de su zona de confort. En este sentido, argumento que la más trascendental decisión que podemos tomar es salir de esta zona, pues el crecimiento y el progreso siempre están fuera de ella. Si todo esto es tan evidente, ¿por qué nos cuesta tanto? La respuesta es simple y a la vez profunda: Los seres humanos, por naturaleza, tendemos a la estabilidad, y esta se encuentra dentro de la zona de confort, por lo que salir de ella debe ser un esfuerzo deliberado.

 

Bueno, pues les cuento que el sábado 28 de septiembre me tocó predicar con el ejemplo, ya que fui invitado a presentar una charla TEDx en Santo Domingo. Y digo que esta participación es para mí una incursión fuera de la zona de confort porque todo el que me conoce un poco sabe que soy de los que tratan de que su trabajo hable por ellos. Y aunque lo de hablar en público no se me da mal, por lo regular, trato de evitar compromisos que impliquen dar una conferencia, y derivo mis apariciones a conversatorios donde me siento mucho más cómodo. Sin embargo, cuando me llegó esta invitación, sentí que era una oportunidad de ponerme a prueba que no podía desperdiciar.

 

Blaise Pascal, el destacado matemático, físico y filósofo francés del siglo XVII, escribió en una misiva: “He hecho esta carta más larga porque no he tenido tiempo de hacerla más corta”. Es por esta razón que impartir una charla tipo TED tiene particularidades que hacen de este un reto muy interesante. La principal es su brevedad. Debes comprimir tu mensaje a un máximo de 18 minutos; o sea, tienes que dar un mensaje memorable y de valor en 1080 segundos o menos. Esto es muy demandante, pues condensar las ideas sin que la esencia de tu mensaje se pierda –y que este mensaje sea impactante– es todo un arte. Debes practicar bastantes veces hasta que salga impecablemente. Y, sobre todo, debes dejarte acompañar en el proceso. Una vez concluida, y sintiéndome muy satisfecho con el resultado, puedo decirles que valió la pena aceptar el reto.

 

Tal como también indico en RESTART, estamos obligados a crecer, evolucionar, explotar al máximo nuestro potencial, ser nuestra mejor versión posible y dejar una huella. Y para esto, debemos estar en constante proceso de avance y crecimiento, o sea, fuera de nuestra zona de confort. Y recuerda: la clave para estar bien en tu continuo proceso de salida de esta zona consiste en disfrutar del recorrido. Yo, al menos, disfruté mucho esta experiencia de aprendizaje.

 

Y tú, ¿ya has pensado en cuál será tu próxima incursión fuera de la zona de confort?

Sobre el autor

Ney Díaz

Presidente y fundador de INTRAS, reconocida como la principal empresa de capacitación especializada y consultoría formativa en la República Dominicana, con importantes alianzas con organizaciones de España y América Latina. Preside, también, la firma de capacitación Skills y la empresa Summit, especializada en la organización de eventos corporativos. Es, asimismo, editor en jefe de la Revista GESTIÓN y Senior Advisor de Executive Education para República Dominicana de la IE Business School de España.

Como autor, ha publicado el libro Las 12 preguntas. Puede encontrar más de los escritos de Ney Díaz en su blog en https://neydiaz.com/blog.

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