¿Cómo mejorar el desempeño de nuestras empresas? La fórmula 1 aplicada a su negocio
Muchos aficionados nos preguntamos por qué últimamente no logramos ver el color rojo en el podio de Fórmula 1. Estamos acostumbrados a que así sea, pero algo pasa en la gestión del equipo Ferrari. En ese negocio, el tiempo es la clave; milésimas de segundo son más que suficientes para ser el protagonista o, simplemente, ser un participante más. En nuestros negocios es igual. Algunos acumulamos años participando, disponemos de ciertos productos o servicios…, pero no estamos en el podio donde se reconoce la estrategia, la disciplina o un equipo. Algunos señalan que en Ferrari ocurre algo con sus pilotos, ya que se les hace difícil conseguir los resultados que está logrando Mercedes Benz, el equipo más fuerte en la actualidad, con un auto muy bueno en las curvas. Y no es solo porque ellos lo dicen. Es también lo que opinan sus competidores. Los propios ingenieros de Ferrari señalan que ellos pierden mucho en las curvas, sabiendo que tienen un auto muy bueno en las rectas. Cuando alguien reconoce que no es muy bueno en algo, lo que esta señalando es que hay otros que son mejores. Eso mismo ocurre en los negocios.
No es que usted no consiga suficientes clientes, que su producto no se comercialice en los mercados deseados, que su calidad no sea apreciada, que sus colaboradores estén desmotivados, que los ingresos no sean suficientes… Lo que sucede es que hay competidores que lo hacen mejor. Esa es la gran conclusión que extrapolamos de Ferrari. Y aquí viene el aprendizaje para el día de hoy. Roy Baumeister, un psicólogo social, hace una analogía entre la vida y conducir un auto. Señala que cuando conducimos, probablemente el 95% del tiempo lo hacemos en línea recta y solo ese 5% faltante se hace en curvas. Lo interesante de la Fórmula 1 actual es que los Mercedes Benz son mejores en curvas, y probablemente un componente clave en su protagonismo actual es entender lo que significa la curva en su desempeño. Baumeister señala que en las curvas están los aprendizajes de la vida, donde debemos detenernos un poco, estar alertas, reflexionar y enfocarnos. Solo así logramos superarlas. Cuando los autos en la pista de carrera están a centímetros uno del otro, es cuando se muestran las fortalezas de cada piloto y los valores implantados por los equipos.
La pregunta es: y en los emprendimientos, ¿dónde están las curvas? Puede que debamos buscar en algunas de las siguientes preguntas:
1 – ¿Estamos en una actividad o negocio por el cual vale la pena levantarnos todos los días?
Existen personas que perdieron el interés por su negocio. Están allí, pero perdieron el propósito que un día las encumbró.
2 – ¿Los socios y colaboradores tenemos toda la pasión y energía que demanda la organización?
La pasión es ese deseo profundo, constante, que emerge de las entrañas y nos permite hacer más con menos. Es donde la competencia encuentra su verdadero escollo para poder alcanzarnos.
3 – ¿Comunicamos adecuadamente al mercado?
Comunicar no es anunciar, es apasionar a los clientes, proveedores y comunidad. Es hacerlos promotores, aunque no compren nuestros servicios o productos.
4 – ¿Tenemos un equipo?
Gran parte de socios, empresarios y colaboradores llegamos con culturas individualistas y centradas en ganancias limitadas. El ejercicio es cambiar las teorías que se escribieron para administrar fábricas y cuarteles, pero que en las organizaciones de futuro no tienen cabida. Debemos romper con la departamentalización o las estructuras de unidades para hacer sociogramas que fortalezcan las relaciones y las verdaderas influencias organizacionales.
5 – ¿Toda la gente está empoderada?
Debemos hacer más en torno al llamado liderazgo. Es pobre y sigue enfocado en unos pocos en la empresa que pasaron de jefes a líderes sin conseguir la esencia de un verdadero liderazgo que consiste en eliminar los dependientes o subordinados, como todavía se les llama. Debemos empoderar para demostrar confianza y alta creatividad. ¿Se imagina usted a un piloto de Fórmula 1 sin confianza ni creatividad?
6 – ¿El producto o servicio se diferencia?
La variedad, facilidad y precios ya no son los grandes diferenciadores. Si el servicio o producto no tiene una característica de su propiedad, la marca se difumina, se confunde y debemos pelear en mares rojos.
7 – ¿Tiene quien le reemplace?
Un porcentaje amplio de nuestras empresas son de familia y tienen muertes paulatinas, por sus lentos y engorrosos procesos de sucesión, que demuestran retrocesos por querer complacer el corazón y aniquilar el bolsillo.
8 – ¿A cuánta gente enferma el negocio?
Finalmente, una curva importante son las condiciones en las que trabajan nuestros colaboradores, las relaciones que se establecen para conseguir que cada día laboral sea uno más de vida para ellos por la motivación que obtienen. Recordemos que el salario nunca será lo más importante, excepto que lo valoremos exclusivamente en el corto plazo. Y en este mismo aspecto, nos referimos al producto o servicio que entregamos al mercado. Existen empresas que observan como algunos de sus productos enferman a la población y no cambian sus materias primas, insumos, etcétera, y tendrán que detenerse en esa curva que los podrá dejar fuera de competencia.
Si logramos contestar estas preguntas de forma satisfactoria, estamos en la curva, y allí es difícil que la competencia nos gane. El futuro pinta mejor y, muy probablemente, el podio nos espera. Hasta la próxima.